Rocío y Alberto celebraron su boda en DeNatura Pedraza, un lugar donde el tiempo parece ir más despacio y cada rincón invita a vivir el momento. Desde el principio, todo estaba cargado de una energía especial: amigos que se conocen de toda la vida, risas que nacen sin esfuerzo y música en directo que llenaba el aire como si la boda estuviera respirando.
Rocío llevaba un vestido de Valenzuela Atelier, delicado y lleno de movimiento, acompañado de un peinado que pronto se convirtió en inspiración para muchas. La armonía entre su estilo, el entorno y la emoción del día hizo que todo se sintiera natural y luminoso, como si hubiera estado destinado a suceder así.
Y ellos dos… ellos son amor.
De ese que no necesita grandes gestos para hacerse evidente.
Amor sencillo, profundo, natural.
Un día que no solo se celebró, sino que se sintió.
Y que sigue vivo en cada una de estas imágenes.!