El mágico sí, quiero de Maripi.

A veces, las primeras veces no son las únicas… son le comienzo de algo mucho mas grande.

El viernes fue la primera boda de Maripi. No la única, claro. Más bien, el primer paso en la vida que ella e Irene están construyendo juntas: una vida basada en amor, respeto y esa complicidad que se siente natural cuando el vínculo es real.

Cuando llegué a su casa, Maripi me recibió tranquila, mientras Irene se terminaba de maquillar en el baño. Pero yo la conozco. Bajo esa calma, sabía que había nervios escondidos.
Para Maripi, esta boda civil no era la gran celebración que imagina; era un paso más, necesario, mientras esperan la verdadera fiesta que están preparando con tanta ilusión.

Además de fotografiar cada momento, grabé videos espontáneos, capturando gestos y miradas sueltas que cuentan la historia de otra manera.

El momento fue breve, pero auténtico. No era la gran fiesta... pero era amor.
Vi a Maripi emocionarse, salir de su zona de confort y sonreír como solo ella sabe hacerlo. Y eso era todo lo que quería.

Porque, aunque ella tal vez no lo sabe, Maripi me ha ayudado en estos últimos años a quererme más, a confiar en mí misma, a caminar sola.

Maripi, Irene: gracias por ser parte de mi vida. 🤍